miércoles, 11 de febrero de 2009

Hay ocasiones

Hay ocasiones en la vida en la que uno piensa que tiene el destino comprado, y camina bajo las luces de una ciudad pobladamente desierta con las manos en los bolsillos, con una sonrisa de idiota satisfecho por ser algo más que una pulga…hay ocasiones en que no nos detenemos a ver por dónde diablos vamos y dejamos que la corriente nos lleve y vamos al garete con sueños, esperanzas, tristezas, alegrías, amores e ilusiones y súbitamente Destino nos pone el pie, nos produce el tropiezo que nos estrella contra el planeta y ahí quedamos durante un infinito pedacito de tiempo, saboreando la tierra que hemos besado tratando de levantarnos con gracia sin hacer notar la caída que para bien o para mal hemos sufrido…hay ocasiones en que tenemos la dicha que la lluvia nos alcance y como cualquier animal sobre la tierra corremos y escapamos de las lagrimas del cielo, encojemos los hombros porque de alguna disparatada manera nuestro subconsciente piensa que así nos mojaremos menos y es que tememos a mojarnos, a saludar a un desconocido por la calle, a ayudar a una persona mayor, a escuchar a un amigo, nunca tenemos tiempo e ilusamente nos engañamos diciendo “cuando tenga tiempo” como pobres ignorantes que no alcanzamos a entender que nunca tendremos tiempo…el tiempo es quien nos tiene a nosotros y nos agarra y nos suelta, nos pone años encima, nos quita gente querida, nos presta unas cuantas para que aprendamos a querer y cuando creemos que lo hemos logrado el tiempo le guiña a Destino y ahí estamos otra vez en el suelo, maldiciendo, criticando, lloriqueando por no saber, por no entender que hicimos mal…hay ocasiones en que no queremos levantarnos porque presagiamos otra caída, creemos que hemos sufrido lo suficiente y es tan grande nuestra humana insignificancia que en los momentos tristes o difíciles solo recordamos otros momentos tristes o difíciles, carece de lógica pero así somos, nos ha pasado y somos tan idiotas que nos sigue pasando…pero…hay ocasiones en que después de la caída y después de aquel sabor a tierra nos nace una profunda alegría y reímos y sonreímos y estamos alegres de estar vivos de poder caernos, de poder levantarnos, de conocer gente, de llegar a apreciarla por muy difícil que esto parezca…y nos levantamos y nos sacudimos el polvo, recogemos lo que nos pertenece: sueños, esperanzas, recuerdos e ilusiones, y seguimos caminando, la caída nos ha borrado la sonrisa de idiotas y ya no estamos satisfechos, entendemos y comprendemos que nos falta algo, que nos falta alguien, que está ahí en algún lugar y empezamos o continuamos la búsqueda, Destino sonríe burlón por nuestra alegría y nos pone el pie…y nos hacemos a un lado, y caminamos por las calles con olor a lluvia recibiendo el sol en nuestra cara, saludamos a aquel extraño por la calle, damos la mano a quien nos necesita, entendemos y comprendemos que al ayudar a alguien nos estamos ayudando a nosotros mismos, nos estamos confirmando que estamos vivos…hay ocasiones en que sabemos que muy probablemente volveremos a caernos y sonreímos porque aun estamos caminando.

1 comentario:

  1. Ahora padawan que has besado el suelo y no te has volado ningun diente, tienes un gran camino por delante, dificil, inseguro, complejo y muy duro; seguro estoy que despues de un par de dientes tendras la madurez para reafirmarte en el camino escogido...
    Que la fuerza (de Henry Dunant) te acompañe...

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