jueves, 23 de junio de 2011

La salsa y yo

Quienes me conocen saben que no le hago al baile, el señor todopoderoso, creador del cielo, la tierra, la comida italiana y CEO de la Sony decidió que yo debía venir a este indigno planeta con dos pies izquierdos y ser absolutamente derecho, pero, emprendedor como soy (léase terco) decidí entrar a un curso de salsa…de hecho, el curso tiene una hora previa de “ritmos varios” pero por “ritmos varios” entenderemos que el profesor, un tipo bajo, carismático, ex politécnico y de sexualidad dudosa se la pasa bailando y haciendo movimientos que, nosotros, principiantes en ese tipo de menesteres nunca realizaremos, así que la hora de “ritmos varios” adquiere otro significado al ver el grupo que se mueve de miles de formas, pero ninguna se acerca a la forma en que se mueve el instructor.

Como en todo curso hay compañeros y compañeras, un gordito con muchos kilos de más que solo asiste a ritmos varios y pide encarecidamente un solo tipo de canción, un tipo de fanesca auditiva en la que solo se entiende la palabra blanco; una señora de mediana edad que no obedece ninguna de las indicaciones del instructor, lo que me lleva a preguntar ¿a qué chucha va?; dos chicas simpáticas que se esfuerzan en seguir los pasos del instructor pero con muchas más buena voluntad que éxito; y por último una chica que está más buena que el pan, con una cintura fina, labios gruesos, flexibilidad notable, pecho generoso, trasero firme y lentes de contacto…sí, es una acomplejada, pero bueno nadie es perfecto y desde chiquito me enseñaron a no discriminar.

Ya puestos en lo que nos ocupa: la salsa, debo admitir que no es tan difícil como parece, todo es cuestión de saber los pasos y saber contar hasta 8, eso sí, el número 4 y el 8 son como la h, es decir, mudos, por eso los pasos se cuentan: un, dos, tres mmm cinco, seis, siete mmm y así otra vez, fácil, ¿verdad?

Pero lo mejor del curso son los nombres de los pasos, aquí uno puede darse cuenta que la salsa es por y para tipos originales, dónde sino encontraríamos pasos como

“el básico” pues es el paso básico de salsa, donde se hace el pie izquierdo para adelante, luego regresa a su sitio y el derecho se va para atrás, siendo el izquierdo el 1, el derecho el 5, a que no es pan comido, si no les digo que esto de salsa es sencillísimo.

“el palao” este paso derrocha originalidad, con el cual nos podemos mover palao, que en idioma sabroso seria “para un lado”

“propio terreno” a que no adivinan como es este paso, pues, básicamente consiste en marchar, subir y bajar los pies en el mismo sitio, eso sí contando siempre: un, dos, tres mmm, cinco, seis, siete mmm

“Pa atrás” eh…sin comentarios

“lateral” utiliza el mismo principio de desplazamiento que el “palao” pero alterna el movimiento de los pies, es en este paso en el cual extraño que la evolución nos haya quitado la cola o que el buen dios no nos haya hecho una tercera pierna.

Finalmente ser el único hombre del curso tiene sus regalías, toca turnarse para bailar con las chicas, al final de la clase soy al que más le sacan la madre, pero tener así de cerca a esas ricuritas vale la pena.

Cierta vez dije que científico que se respeta no baila, y que el baile es una expresión vertical de una frustración horizontal, pero como todo científico creo en la evolución y en la necesidad de adaptarse al cambiante mundo del siglo XXI, hasta mientras toca seguir evolucionando al ritmo de un, dos, tres mmm, cinco, seis, siete mmm…