jueves, 18 de abril de 2013

El Halcón


Salta del vehículo y empieza a correr, su corazón como un pistón sin control se estrella contra las costillas, su respiración acelerada, se acerca a su objetivo a toda velocidad, lleva ambas manos a la parte externa de sus muslos, acaricia la empuñadura de sus dos SIG-sauer, respira profundo, 12 metros, quita el seguro de ambas armas, 8 metros, desenfunda con ambas manos, 6 metros, levanta las pistolas hacia adelante, 4 metros, apunta, 2 metros, acaricia ambos gatillos y descarga veinticuatro balas contra aquellos que tiene en frente… un destello.

Markath es una ciudad hermosa, pero azotada por la delincuencia, la policía y las fuerzas especiales hacen todo lo posible para controlarla, pero tal como la Hydra,  cada vez que cortan una cabeza aparecen dos más; no es un panorama alentador… - pero es el panorama que tenemos, interrumpió el Capitán, los dos jóvenes que conversaban se apuraron por pararse, ponerse firmes y saludar a la autoridad. Descansen, como sabrán no tenemos tiempo que perder cada hora que no estamos persiguiéndolos es una hora que ellos ganan terreno, alisten sus cosas, partimos hacia un operativo en cuatro horas. Ambos jóvenes cruzaron miradas, cada uno sabía lo que pensaba el otro: no hacía más de un mes que habían salido de la escuela de formación y ya estaban por salir a un operativo.

El Halcón, sobrenombre por el cual conocían al capitán de la fuerza de ataque 33, los miraba por sobre el marco de sus gafas rojas, uno a uno iban formando fila, incluso los más veteranos en la fuerza sentían cierta incomodidad al saberse observados por él. Viktor Schults, nombre que le fuera dado en su nacimiento al ahora Capitán Halcón, era un veterano condecorado, paracaidista, miembro de fuerza élite y francotirador, nunca llegó a Mayor por involucrarse, no tan clandestinamente, con la esposa de un General, su desempeño en las diferentes guerras y su talento detrás de un rifle lo hicieron ganador de la simpatía de muchos altos mandos, así como de su sobrenombre, todo esto influyó para que no sea dado de baja y en su lugar sea transferido a una de las más peligrosas ciudades en el país, a cargo de una fuerza de ataque formada, en su mayoría, por muchachitos recién salidos de la escuela de formación o soldados viejos anacrónicamente situados en el siglo XXI cuando su lugar ideal hubiera sido el tiempo de los vikingos. Viktor Schults siempre decía que se podía no ser excelente, pero había que ser competente, ese pensamiento lo llevó a librar las más feroces batallas en las calles de Markath. Cuando la fuerza de ataque 33 se desplegaba en acción El Halcón hacía su jugada, buscaba un lugar elevado y desde ahí, con su barrel .50, cuidaba las espaldas de su equipo, dirigía tácticas y se aseguraba, a veces por mano propia, que el objetivo sea abatido.

Capitán, estamos listos, El Halcón los miró con desprecio, revisó los uniformes, municiones listas, preguntó, todos respondieron afirmativamente, uno de los dos novatos llamó su atención, así que a usted no le parece suficiente el M16 y la Beretta que necesita dos SIG-sauer, ¿considera que estamos en el oeste, soldado?,  el joven soldado, visiblemente nervioso, respiró profundo, un obsequio de mi familia, señor, me han dicho que la ciudad es muy peligrosa y que nunca está de más ayuda extra para cuando las balas vuelen…señor. Quién muchas armas tiene, muchos disparos hace, no buscamos cantidad, buscamos calidad, no queremos al que dispare más, queremos al que dispare mejor, se lo dejaré pasar por esta vez, pero debe saber que desde la próxima incursión usted utilizará sólo lo reglamentario. Dicho esto, El Halcón ordenó al sargento que los novatos sean asignados al vehículo de soporte táctico, no serían los primeros ni los segundos en entrar en acción. Ya en el camino se les informó de la situación, centro de mando había alertado sobre un intercambio desconocido en unas bodegas abandonadas cerca de las vías del tren, se seguiría el lineamiento táctico fijado por El Halcón, el equipo Alfa ingresará por la derecha, el equipo Beta por la izquierda y el soporte táctico esperará a una distancia prudente hasta que uno de los primeros dos equipos necesiten apoyo, como siempre, El Halcón estará desde un lugar elevado con su rifle, dando cobertura y siendo intermediario entre el centro de mando y la fuerza de ataque 33, a que nos enfrentamos, preguntó uno de los novatos, es incierto, generalmente es droga o armas, esta vez no tenemos ese dato, hay que ser doblemente cuidadosos, es mejor tener un compañero vivo que un héroe muerto.

Llegada la hora, El Halcón avanzó de manera sigilosa y buscó una posición elevada, escudriñó las instalaciones con sus binoculares infrarrojos, todo parecía desierto, por un momento pensó que había sido mal informado, súbitamente una sombra se movió aproximadamente 200 mts a la derecha de su posición, tardó varios minutos en ubicarla, hizo el cambio de los binoculares por la mira telescópica de su Barrel .50, esa sombra era extraña, no le veía forma humana, un destello rojo le recordó algo que vio hace muchos años, pero rechazó la idea, eso fue en el campo de batalla, en la jungla, es imposible que en la ciudad haya un francotirador con un rifle con mira láser, una detonación seca y profunda cortó el silencio de la noche, la bala destruyó el hombro derecho del Capitán Halcón y fue a incrustarse en su cadera, el grito de dolor y una cadena interminable de insultos retumbó por las radios de los miembros de la fuerza de ataque 33, estos, confundidos con lo sucedido, decidieron entrar en acción .

El equipo Alfa fue el primero en caer bajo fuego enemigo, varios francotiradores con rifles con mira láser inutilizaron a los conductores y dejaron los vehículos a merced del fuego cruzado. El equipo Beta tomó distancia prudente y se dedicó a incapacitar a los francotiradores mientras lo que quedaba del equipo Alfa se agrupaba, años de entrenamiento y enfrentamientos se reflejaban ahora en una unidad que combatía aun cuando su líder estaba incapacitado, pronto se armaron dos frentes atacándose, mientras los criminales protegían una bodega al otro extremo del complejo, en una maniobra arriesgada, el sargento al mando del equipo Alfa, bastante herido, logra hacerse con una radio e indica al soporte táctico que se haga cargo de esa bodega.

El Halcón no comprende lo sucedido, con todo el lado derecho de su cuerpo destrozado, busca a tientas la radio con la mano izquierda, con voz entrecortada pide informe de situación, pero su equipo está demasiado ocupado evitando ser asesinado como para poder responderle, no entiende cómo es posible que delincuencia común tenga armas tan sofisticadas, y por ende, costosas, lucha por sentarse y tratar de ver el campo de batalla, cuerpos en el suelo, heridos clamando auxilio, autos incendiados, sus hombres buscando cobertura y explosiones de granadas, El Halcón decide que es suficiente y llama a centro de mando, exige saber a qué clase de enemigo se están enfrentando, claramente el informe no ha sido lo suficientemente claro, EL Halcón observa el vehículo de soporte táctico dirigirse hacia la bodega más alejada y empezar un tiroteo con los objetivos atrincherados allá, insiste con el centro de mando, le solicitan que aguarde, que están recopilando información, observa cómo los novatos saltan del vehículo y emprenden la carrera hacia la bodega, al otro lado de la radio el operador dice: se trata de material nuclear capitán.