jueves, 2 de abril de 2009

Del compromiso

No tengo nada contra el matrimonio, de hecho, cuando nací mis padres estaban casados y ni me molesté, ni les dije nada. Pero tengo un problema con eso de vivir en pareja: ¡soy alérgico al compromiso!
Porque al fin y al cabo, ¿para qué sirve el compromiso? ¡Para tener derecho a molestarse! Porque mientras son amigos todo va bien, llegas tarde a recoger a una amiga, y no se molesta, no tiene derecho, sólo son amigos.
Pero en cuanto te comprometes, ¡ganas problemas a todas horas!
Llegas tarde a recogerla, llamas al celular:
- ¿Qué quieres?
- Que estoy aquí abajo...
- ¿Has visto que hora es?
- Sí, pero es que...
- ¡Ni es que, ni nada! ¡La próxima vez, si vas a venir tan tarde, mejor ni vengas!
Y tú, a tragar, como estás comprometido...
Lo que pasa es que, claro, tú conoces a una chica, te cae bien, es guapa y/o está buena... y como parece que no lleva malas intenciones, te olvidas y decides salir con ella. Al principio no hay problema, pero de pronto empiezas a notar cierta presión: estás pasando un “rato” intimo ¡sin compromiso!, y, sin venir a cuento, ella te suelta:
- Te quiero…o peor…Te aaaamoooo…
¿Qué ha dicho? ¿Qué me quiere? ¿Qué me ama? ¿Pero yo que le he hecho a esta loca? ¡Son ganas de joder! En ese momento se te baja el alma a los pies… Bueno, el alma y... todo lo demás.
Es que no se puede evitar, pasa con todos, cuando terminan de pasar un “rato” moderadamente agradable, lo único que se desea…es estar solo, que se vaya. Para cualquier tipo el “rato” perfecto sería: "¡Ya!, ¡ya!, ¡yaaaa!...Ya te puedes ir" Pero como sabes que no está bien, te aguantas y ella se queda toda la noche hecha un ovillo, a tu lado. Y tú encima tienes que fingir que estás encantado.
- Qué a gustito que estamos aquí los dos.
- Sííí, muy a gustito (…)
Pero piensas: "¡A gustito me voy a quedar cuando cojas la puerta"! Y al rato:
- ¿me puedo dar una ducha?
- Sííí, dúchate, dúchate... (y te acuerdas de Psicosis)
Esperas que después de la ducha se vaya pero ¡se pone a preparar el desayuno! Entonces empiezan las indirectas:
- ¿Quieres leche en el café?
- No, yo el café siempre lo tomo ¡SOLO!
- ¿Y cómo te gusta?
- ¡LARGO!
- ¡Ay! ¿No tienes Donuts?
- No, pero bájate a la panadería ¡Y QUE TE DEN!
Y antes de irse te dice:
- ¿Me acompañas esta tarde, que voy a castrar al gato?
Es para ahuevarse. ¡Ya está intentando planificarte la vida! Esta tarde a castrar al gato... Y después el fin de semana en Salinas. Y después del invierno hay que hacer un viaje. ¡Hay que pararla!
- Mira, “Alicia” (nombre protegido), yo es que soy anti-castración, así es que, si eso, ya nos vemos por ahí…
Pero el caso es que a media tarde te acuerdas de ella... y del “rato” que pasaron, y dices: "Pobrecita... ¡Voy a llamarla a ver cómo está el gato!"
- “Alicia” No, que como soy anticastración quería saber cómo está el gato... Tranquilízate, mujer, debieron ponerle mucha anestesia... Lo sé porque a mi me operaron de fimosis, que no es lo mismo, pero está cerca... Oye, hablando de fimosis, ¿quedamos esta noche?
Y en cuanto cuelgas, te preguntas: "¿Qué he hecho? ¿Estoy pendejo o qué? ¡He vuelto a quedar con ella! Bueno, tampoco es tan grave, quedamos, pasamos un “rato”, y mañana, ni gato ni nada".
Lo que pasa es que te vas endulzando, te vas endulzando... Y al final pasas el fin de semana en Salinas. Y después de invierno hacen el viaje. Y casi sin darte cuenta, ¡te presenta al gato y a sus padres!
Ahora sí que hay peligro de verdad, sobre todo si es invierno, tengo una teoría sobre esto: es muy importante no conocer al padre de ella en invierno, en invierno da mucho respeto. Cuando entras a su casa te puedes encontrar a su padre viendo televistazo en chaqueta y corbata vociferando: "Estos son todos iguales! ¡Ladrones, que son unos ladrones! ¡Todos a chupar de la teta!
¡Estos sí que llegan a fin de mes...! Ese vehículo oficial lo he pagado yo, ¿a que sí?". ¿Que le vas a decir? ¿que no? Y cuando por fin sale tu chica y te despides, te mira como diciendo: "A ver lo que haces con mi hija", y piensas: "mieeeeerda, como me pase un pelo me hacen lo que al gato!".
Sin embargo, en verano no pasa nada. En verano, si conoces al padre de ella... suele ser en la playa o con ambiente fresco, sentado en una sillita de tijera, leyendo la extra, con la nariz roja y con la espalda pelada: ¿Cómo le vas a tener respeto a un tipo con la espalda pelada? ¿o que lea la extra?.
Pase lo que pase, lo importante es no comprometerse... ¡A pasarlo bien, que la vida son cuatro días! Yo llevo más de dos años saliendo con mi chica... ¡Pero cuando quiera lo dejo, ¿eh?! Ya está viendo vajillas y cortinas. ¡Pero no es nada definitivo, ¿eh?! ¡El gato no se viene!

2 comentarios:

  1. Ya esta viendo vajilla y cortinas??? WTF!!! Dos años y tienes esperanza que el gato que es mas gata ahora no se vaya con el "paquete" que te estas montando??? ILUSO!!! Jajaja solo has visto la parte divertida de estar en pareja, esperate cuando te toque amanecer con sus cambios de estado de animo y todo eso por culpa de las malditas hormonas jajaja y cuando empiecen a asomarse las arrugas en su rostro!!! me cago de la risa de pensarlo, no te hagas ilusiones YA estas embarrilado anda haciendote a la idea...

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  2. ja! pobre Alicia... y dices que se rio!!?? jajaja es que a veces no se sabe hasta que le pasa... Q mate de risa u entrada, me has dejado como los tíos del Lorenzo... extrañaba comentarte el blog, kiza caiga mas seguido por aca... wiii.. :: XD :: te cuidas...

    besos

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