Tener relaciones sexuales es difícil, siempre. Cuando tienes pareja piensas: “¡Por fin voy a tener sexo cuando yo quiera!”. ¡Mentira! Eso es falso, lo de las relaciones sexuales estables es una leyenda, son como los ovnis muchos los han visto, hasta los han filmado, pero no es probable. Es difícil que se dé que ella tenga ganas y que tú tengas ganas, y que cuando tú tengas ganas, ella sepa que tú tienes ganas y tú sepas que ella tiene ganas...
Yo, por necesidad más que nada, he aprendido a interpretar este tipo de señales.
Por ejemplo: si estás en el sofá y cuando va a acostarse te dice: - Me voy a la cama, no tardes.
Eso quiere decir: “Me voy a acostar sin calzones”.
Pero si ella se acuesta y te dice: - Yo me voy a la cama, cuando vengas haz el favor de no hacer ruido.
Amigo mío... coge una revista y sedúcete a ti mismo.
Hay palabras mágicas que ella suele utilizar para dejar claras sus intenciones. Por ejemplo, la palabra “siesta”. Si ella después de comer te dice: - ¿Nos echamos la siesta?
Está claro: “sí está”.
Hay que estar muy atento a cómo se viste cuando se acuesta. Si se coloca medias y calentador de bolitas te está diciendo que no quiere saber nada de tus bolitas...
Pienso que, con esto del sexo, las personas funcionamos un poco como los celulares: que se supone que sirven para que estemos comunicados siempre, pero a veces tú lanzas un mensaje y ella no está operativa; otras te lo lanza ella a ti, y resulta que tú estás conectando.
Si un día cualquiera, como por ejemplo el martes, tu chica sin venir a cuento te pregunta por Zidane:
- Oye, ¿y al final que pasó con Zidane?
Está claro... ¡¡¡Quiere... que le introduzcas el PIN!!!
Hay otras señales más sutiles. Hay que estar muy atento a cómo te llama cuando llegas. Si entras por la puerta y escuchas tu nombre tres octavas más agudas de lo normal (En vez de oír: “Hola Dante”, oyes: “¡Hola Danteeeee!”), prepárate. Va a estallar la repetidora de tanta comunicación.
Te va a hacer como la propaganda de duracell: “¡Otro...! ¡Otro...! ¡Otro más...!” Lo malo, cuando te pasa esto, es que tú, al segundo, te quedas sin batería.
Si cuando se está arreglando para salir te dice: “¿Me ayudas a subirme el cierre del vestido?”, en realidad te está diciendo: “Cuándo volvamos... también lo bajarás”. Es decir, ella está a full cobertura. Pero atención, porque el momento de subirle el cierre es muy delicado, si la pellizcas sin querer, se acabó lo que se daba. Se dará la vuelta y te dirá: “¿Qué piensas? ¿Qué estás cerrando una maleta? ¡Serás bestia!”. Y conectará el buzón de voz. Ya puedes llamar, ya...que nunca te contestará.
La postura que ella coge cuando se mete en la cama es otra forma de saber si está operativa o no está operativa, si se mete en la cama y se enrolla como una oruga... no te esfuerces, tiene la SIM desconectada.
Pero si por el contrario, se tira boca abajo y mueve el rabo como el pato Donald al caminar... ¡Atención, tienes una llamada en espera!
En cualquier caso, con celular o sin él, el momento clave sin duda es el sábado. Porque el sábado por la noche tú sabes que toca. Y con esa ilusión te metes en la cama. Pero puede pasar que, de repente, apague la luz y diga:
- Buenas noches.
- ¿Cómo que buenas noches? ¡Pero si es sábado!
Te dan ganas de levantarte por el calendario y decirle: “Mira...Mira... ¡Mañana rojo!”. Julieta (nombre protegido), por favor...
Yo creo que, como hay muchas despistadas por ahí, deberían decirlo en las noticias: “Y terminamos el noticiero recordándoles que hoy es sábado... Mañana rojo”.
Sin embargo en vez de ir por el calendario, lo que hacemos la mayoría de los hombres es poner en marcha la operación gusano: acercarnos a ella reptando por la cama, como sin querer, hasta que nos acoplamos, la abrazamos y empiezas a tontear con la mano, que si le acaricias la cadera, que si ahora la tripita... y empiezas a subir y a subir, a ver si ella reacciona. Y sí que reacciona, sí.
Yo, por necesidad más que nada, he aprendido a interpretar este tipo de señales.
Por ejemplo: si estás en el sofá y cuando va a acostarse te dice: - Me voy a la cama, no tardes.
Eso quiere decir: “Me voy a acostar sin calzones”.
Pero si ella se acuesta y te dice: - Yo me voy a la cama, cuando vengas haz el favor de no hacer ruido.
Amigo mío... coge una revista y sedúcete a ti mismo.
Hay palabras mágicas que ella suele utilizar para dejar claras sus intenciones. Por ejemplo, la palabra “siesta”. Si ella después de comer te dice: - ¿Nos echamos la siesta?
Está claro: “sí está”.
Hay que estar muy atento a cómo se viste cuando se acuesta. Si se coloca medias y calentador de bolitas te está diciendo que no quiere saber nada de tus bolitas...
Pienso que, con esto del sexo, las personas funcionamos un poco como los celulares: que se supone que sirven para que estemos comunicados siempre, pero a veces tú lanzas un mensaje y ella no está operativa; otras te lo lanza ella a ti, y resulta que tú estás conectando.
Si un día cualquiera, como por ejemplo el martes, tu chica sin venir a cuento te pregunta por Zidane:
- Oye, ¿y al final que pasó con Zidane?
Está claro... ¡¡¡Quiere... que le introduzcas el PIN!!!
Hay otras señales más sutiles. Hay que estar muy atento a cómo te llama cuando llegas. Si entras por la puerta y escuchas tu nombre tres octavas más agudas de lo normal (En vez de oír: “Hola Dante”, oyes: “¡Hola Danteeeee!”), prepárate. Va a estallar la repetidora de tanta comunicación.
Te va a hacer como la propaganda de duracell: “¡Otro...! ¡Otro...! ¡Otro más...!” Lo malo, cuando te pasa esto, es que tú, al segundo, te quedas sin batería.
Si cuando se está arreglando para salir te dice: “¿Me ayudas a subirme el cierre del vestido?”, en realidad te está diciendo: “Cuándo volvamos... también lo bajarás”. Es decir, ella está a full cobertura. Pero atención, porque el momento de subirle el cierre es muy delicado, si la pellizcas sin querer, se acabó lo que se daba. Se dará la vuelta y te dirá: “¿Qué piensas? ¿Qué estás cerrando una maleta? ¡Serás bestia!”. Y conectará el buzón de voz. Ya puedes llamar, ya...que nunca te contestará.
La postura que ella coge cuando se mete en la cama es otra forma de saber si está operativa o no está operativa, si se mete en la cama y se enrolla como una oruga... no te esfuerces, tiene la SIM desconectada.
Pero si por el contrario, se tira boca abajo y mueve el rabo como el pato Donald al caminar... ¡Atención, tienes una llamada en espera!
En cualquier caso, con celular o sin él, el momento clave sin duda es el sábado. Porque el sábado por la noche tú sabes que toca. Y con esa ilusión te metes en la cama. Pero puede pasar que, de repente, apague la luz y diga:
- Buenas noches.
- ¿Cómo que buenas noches? ¡Pero si es sábado!
Te dan ganas de levantarte por el calendario y decirle: “Mira...Mira... ¡Mañana rojo!”. Julieta (nombre protegido), por favor...
Yo creo que, como hay muchas despistadas por ahí, deberían decirlo en las noticias: “Y terminamos el noticiero recordándoles que hoy es sábado... Mañana rojo”.
Sin embargo en vez de ir por el calendario, lo que hacemos la mayoría de los hombres es poner en marcha la operación gusano: acercarnos a ella reptando por la cama, como sin querer, hasta que nos acoplamos, la abrazamos y empiezas a tontear con la mano, que si le acaricias la cadera, que si ahora la tripita... y empiezas a subir y a subir, a ver si ella reacciona. Y sí que reacciona, sí.
De pronto te coge la mano y te dice:
- ¡Qué bien estamos así! Yo no necesito nada más.
Y te quedas con las ganas, esperando la próxima señal.
Habrá que tener... la antena preparada.
- ¡Qué bien estamos así! Yo no necesito nada más.
Y te quedas con las ganas, esperando la próxima señal.
Habrá que tener... la antena preparada.
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