Quienes me conocen saben que odio salir los domingos, pero dado los acontecimientos recientes una salida era mas que necesaria, y quien le puede negar algo a D, sé que es muy probable que lo mal acostumbre, pero ya vendrán los tiempos en los que deberé enseñarle cuan duro es el mundo, pero ahora no, ahora es tiempo que el disfrute ser un niño normal al menos es lo que aparenta, a esa edad todos lo parecemos. Fue la primera vez que D comió helado y obviamente le gustó, paseamos, hay algo en la mirada de D que me secuestra, una chispa que es capaz de provocar una gran luz, a D le debo que me haya sacado de momentos verdaderamente difíciles, es la única razón por la cual dejo de pensar en mis líos y decido darme un respiro, salir a caminar, recordar lo divertido que es un helado, y así sin pensarlo, sin planearlo, volver a sonreír con total alegría, he perdido mucho de aquella magia, pero sé que debo recuperarla porque D la necesita, todo niño necesita magia en su vida, al menos hasta saber que hay demonios llamados materias, brujas llamadas profesoras y dolorosamente aprenda que la física es una puta.
que maravilla de gordo!! gracias a esos ojitos los grandes seguimos creyendo en la magia de vez en cuando.
ResponderEliminar