Los últimos días han sido muy agradables, muy tranquilos, muy felices, pero como nada es eterno, la situación ha cambiado, con ese corte súbito en mi ánimo festivo me veo orillado a escribir otra columna del odio, aunque odio en si no es el sentimiento que describe a estas personas, es decir no las odio, bueno al menos no a todos
Hoy quise escribir de la gente que escribe mal, desde mi publicación del año pasado cuyo nombre es Eureka, hasta el día de hoy, mi capacidad de asombro se ha incrementado, es que cada día hay más gente que escribe mal, “ahorra” palabras, o se defienden con un “con tal que me entiendas”, ahora después de investigaciones, diálogos y aun a costa de mi propio hígado lo he entendido y esa frase se ha convertido en un indicador para medir cuan bestia es alguien, pruébenlo es súper sencillo, le reclaman a la persona que porque no escribe bien, si esa persona les dice: “con tal que me entiendas” o su variante “lo que importa es que me entendiste”, lo siguiente que deberán hacer es agarrar un madero, fierro, pala, escoba, silla, plancha o cualquier objeto contundente y reventarle la cabeza, no, no se asusten, es normal, ya Darwin lo planteaba en su teoría de la evolución de las especies, planteaba la adaptación del más fuerte, entonces si después del golpe la persona sigue como si nada quiere decir que es un organismo más fuerte que el de nosotros y en beneficio de un raza mas fuerte (pero menos inteligente) deberá vivir.
Por otro lado si la persona usa justificativos medio pensados, o no del todo bestias la cosa puede manejarse con menos violencia, pero no con menos énfasis, por ejemplo: “es que escribir por mensaje me ocupa saldo, por eso ahorro letras” bien, todo sea a favor de una economía de mercado más incluyente y con beneficio para el consumidor base, está permitido, si después se topan a la misma persona escribiendo mal en un chat, reclámenle, si aun así persiste en su espiral autodestructiva, traten de hacerla entrar en razón, burlarse puede ser una buena estrategia, eso si, si ustedes no son muy hábiles con las palabras tengan cuidado, usualmente un cerebro que se entorpece no entiende razones y se le ocurren las ideas más disparatadas para defender su equivocada posición.
Deben tener en cuenta otro punto y es que hay dos tipos de personas que escriben mal, bueno de hecho tres, los cuales detallaré a continuación:
Los-emo-fashion-cheveremodernicursi: que son personas que de por si escriben mal, no les importa saber mas, ni escribir bien, usualmente para deberes o actividades curriculares se enderezan, asi que lo suyo es mas onda que nada, puede que con el tiempo se acomoden, igual no está de más corregirlos de vez en cuando, aun cuando no son peligrosos per se…el problema es cuando se hacen grupos, como las hienas, por razones estrictamente de bioseguridad es recomendables no entrar a un chat con dos o más de ellos, tu cerebro, tus ojos y tu hígado te lo agradecerán.
Las-personas-que-no-conocen-pero-que-son-cheveres: son personas que por diversos motivos no han tenido una educación de calidad, la oportunidad o la exigencia para desarrollarse intelectualmente, usualmente escriben mal porque no saben la correcta forma de escribir, lo mejor es acercarse con tacto, corregirlos de una manera sugerida, ayudarles y recordarles de vez en cuando las reglas o el uso de ciertas consonantes, este grupo de personas usualmente entienden que lo que se quiere es mejorar su calidad de vida, y se muestran muy receptivos, con ellos no hay que burlarse, ni molestarlos, ellos no escriben mal porque quieren o por seguir una moda, lo hacen porque no han tenido la formación que algunos hemos tenido y nuestra obligación es ayudarlos.
Las-bestias-pensantes: este grupo de personas es el grupo que mas fastidio les tengo, generalmente están conformados por personas con una inteligencia promedio y que, además, han demostrado no ser bestias, pero, en determinados casos escriben mal, muy mal, las razones son varias, desde el hecho que “así se lee bonito”, pasando por la excusa de “ahorrar letras” hasta la más alzada de decir “escribo como quiero”, y pues sí escriben como quieren, pero pasa que el idioma no es de ellos, de hecho culturalmente todos aportamos al idioma, si lo deterioramos ahora que será de las generaciones venideras, que cultura les dejaremos, como podremos enseñarles a que defiendan su identidad si se comunican sobre una base obsoleta y llena de errores, modismos y estupideces.
Personalmente no soporto a la gente que escribe mal, aunque soy muy tolerante con aquellos que lo hacen por alguna limitación, aquellos que lo hacen por onda, no soporto a los que sabiendo la forma correcta escriben mal por algo más que “ahorrar letras”, lo lamento, no puedo ver con respeto a personas así, mucho menos tener una relación que vaya más lejos de la amistad.
Lo curioso es que todo esto deriva en conductas mucho mayores, que el limitado cerebro de algunos no alcanzan a entender, no solo el hecho de ser un mal ejemplo para los que vienen abajo ya sea intelectualmente o en jerarquía, sino que nos pone mal como región, como grupo humano, nos denigra como colectivo. He escuchado a muchas personas decir que “los jóvenes no escriben bien” y no somos todos los jóvenes, pero el colectivo se ve sucio por un puñado de subnormales, es común la discriminación de los norteamericanos hacia los latinos, una parte de esa discriminación se da por personas que no aprenden bien el inglés o quienes lo aprenden y le dan el mismo uso erróneo, arbitrario, estúpido que le dan al español, o mucho peor fusionan el inglés y el español, haciendo un idioma sonso, lleno de modismos, un hijo bastardo entre dos culturas que en lugar de complementarse buscan destruirse. Muchos europeos se refieren despectivamente a nosotros como Sudacas, una palabra que es peyorativa para todos quienes nacimos en este lado del planeta, pero que muchos ignorantes la han acuñado como una marca de identidad, ante esto yo me pregunto ¿puede alguien ser más bestia? La respuesta me deja perplejo que el motivo de plantearme la pregunta.
En fin todos y todas los que vivimos en este lado del mundo somos responsables del uso que le demos a nuestra cultura, podemos ser la aspiradora del primer mundo y aceptar cualquier porquería que nos llegue por cualquier medio, o podemos demostrar que somos parte del planeta, con cerebro, con actitudes que construyan, respetando nuestra identidad, solo sabiendo de dónde venimos sabremos determinar hacia dónde vamos.
El asunto de la discriminación del primer mundo lo publicaré después.
te dije dante.. no te estreses...es el primer paso para tener sentimientos..
ResponderEliminar