Y se vino diciembre, con las festividades y el homenaje a Jesús por su nacimiento (aún cuando haya nacido en agosto). Aparte de los mundiales hay otro fervor que me pone de malas: el fervor navideño, las mismas canciones, porque no hay alguien que saque nuevos villancicos, hasta la tecnocumbia varia la letra…en algo, pero esos peces están todos los años en el mismo rio, que de seguro en el rio guayas no es, y como siempre en toda época hay los puteados, en navidad esos son los pastorcitos, ¿hay alguien más sufrido que los pastorcitos? Pues sí, Lucio, pero ese es animal de otro pesebre.
Yo, todos los años, cuando llega la Navidad, me digo: “Este año no armo el belén”. Pero al final no sé qué pasa que siempre pago y acabo poniéndolo, porque por mucho que te niegues, hay algo dentro de ti que te empuja a poner el belén, te parece que si alguien viene a tu casa y ve que no tienes puesto el belén, va a pensar que no eres digno de confianza, que eres gentuza...
—Uy, Dante en su casa no tiene belén...seguro que es mal genio, traficante, social cristiano, terrorista o algo...
Así que ya empezado diciembre reúnes a todos los “niños” —porque la Navidad es para los “niños”— y sacas las cajas de zapatos donde tienes guardado el belén... Y lo primero que te encuentras es que la mayoría de las figuritas están rotas, pero no te planteas en ningún momento reponerlas, te arreglas con lo que tienes: ¡Hay que echarle imaginación! Los borregos están cojos, pues en este caso lo que haces es arrancarles las patas y ponerlos como si estuvieran sentados en la hierba. Algunos pastores están mancos... entonces los colocas apoyados en una roca o en una montaña, disimulando... Al soldado de Herodes le falta la lanza, pues le pones un palillo...
¡Si hay soluciones para todo! ¿Que las palmeras están todas despeluchadas? No pasa nada, les echas un poquito de nieve por encima y ya está... Sí, ya sé que no pega una palmera con nieve ¡Pero y qué! Tampoco le pega a los canales de UHF tener anuncios de contactos, y ahí lo tienen, que se vende todos los días. Si todo es querer...
Una cosa que te pasa todos los años es que se te pierde el niño Jesús, y entonces sí que no tienes más remedio que comprarte otro, lo que pasa es que es más grande que la Virgen, y no cabe en la cuna, que aquello parece “cariño”…divino, pero “cariño”, he agrandado al niño, pues con tantos años que lleva ahí lo extraño es que aun no haya terminado la primaria.
Hay un momento en el que los niños se ponen a saltar por en medio, porque quieren ayudar, y siempre hay alguno que se sienta encima del pesebre y lo aplasta... Que tú piensas: «Pues así se va a quedar, no voy comprar otro: este año, belén aplastado».
Cuando ya tienes armado tu belén todavía no ha terminado la operación... Ahora hay que iluminarlo: lo primero es desenredar la madeja de lucecitas... Cuando lo consigues las pruebas a ver si funcionan, y sí que funcionan, sí, un segundo, hasta que se apagan... ¡Que no entiendo yo esa manía de ponerle lucecitas al belén! Una bombillita roja en cada casa y en cada arbolito, y dos más gordas, intermitentes, en el portal... Que dices: ¿pero esto qué es, el portal de Belén o un puticlub?... Que más de un pastor se habrá confundido y habrá entrado preguntando a cuánto está con baile, tres platos y todo...
Montar el belén suele acabar en ataque de nervios, porque los niños quieren colocar en el belén a winnie hijo de pu, al tiranosaurio Rex comiéndose a los borregos y hasta a la Barbie divorciada, que va con el coche y la casa de campo que le ha sacado al Kent... Y lo pones... Ya sé que no pega, pero tampoco le pega ver a Nebot hablando de unidad, y ahí lo tienen, que se ve todos los días...
Y es que, pensándolo bien, en el belén hay cada cosa... Por ejemplo, el atuendo del portal; yo no lo veo congruente, quiero decir... que no parecen de la misma familia: la Virgen parece una reina, que parece que no ha parido, está ahí, como las artistas... San José parece un tipo que pasaba por ahí, y el niño Jesús, con ese taparrabos parece Tarzán... ¡Que no tiene ni frío, con la nieve que está cayendo...!
Y luego está el río. ¿Ustedes han visto un río más raro en su vida? Éste es el único río que nace de una esquina del aparador y desemboca contra corriente atrás del pesebre. Y además: ¿conocen otro río en el que el agua vaya envuelta en papel celofan...? ¡Como los dulces! Es alucinante...
¿Y los Reyes Magos? Estos son los que más se mueven del belén, se pasan las fiestas subiendo montañas, cruzando ríos, montando a camello. Parece que están haciendo un anuncio de viajes, o la propaganda navideña de marlboro...
Y tenemos a las otras figuritas que son las puteadas. ¿Qué me dicen del pastorcito ese que se tira todas las fiestas arrodillado, con una oveja encima del cuello? Que un rato vale, pero todas las Navidades... ¡al final el borrego pesa!
¿Y el pescador con la caña? Que no pesca nada; ahí, en el papel celofán tres semanas, o seis, porque yo pongo el belén los primeros días de diciembre y lo quito en día de reyes... Y la jodedera de los que pasen al lado:
—¡Qué! ¿Ha picado algo...?
Ahora está de moda el «Haz tu propio belén»: se compran las figuras en porcelana y las pintas tú... Esto tendrá mucho mérito, pero yo soy partidario del belén que te venden ya hecho... porque da mejor aspecto. Porque te pones a pintar las figuritas, les haces unas pestañas tan gordas, que la Virgen parece Cleopatra... Y san José, Dama Internacional. ¿Se lo imaginan en la puerta? Diciendo como un drag queen:
—Pasen, el niño ha salido monísimo, tres kilos y medio ha pesado, monísimo.
Además, como todo el mundo sabe que el niño no es suyo...
Y si hablamos de belenes, no podemos olvidarnos de los belenes vivientes, esos que se hacen con personas de verdad, que ahí sí que sufre el que lleva el borrego al cuello... En éstos no falla: la guapa del pueblo hace de virgen María, uno que lleva barba hace de san José, y te encuentras cosas como que el soldado de Herodes va con un reloj acuático y gafas de sol... que no pega. Pero tampoco pegan que los canales le den cuerda al imbécil del Fabricio Correa y ahí sale todas las semanas.
jajajaja muy bueno!! es la realidad del pesebre!
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