jueves, 2 de julio de 2009

las novias y los deportes...


Aclaremos conceptos: una cosa es estar enamorado y otra cosa es ir a practicar algún deporte con tu novia.

¿Saben por qué hay tan pocas competiciones mixtas? No es por las diferencias físicas. ¡No señor! ¡Es porque las mujeres tienen sus propias reglas!

Tú llegas a la pista de tenis, te colocas, ella saca una vez, falla, vuelve a sacar, vuelve a fallar y entonces dice:
- No vale, no vale, saco otra vez. Ésta no valía porque la raqueta no ha tocado la pelota.

Conozco una chica que siempre tiene alguna excusa: "¡No estaba preparada!" o "Es que esta raqueta me va grande", y la que más me alucina: "Es que si me miras, me desconcentras" Que si la miro la desconcentro. ¡Pues que juegue con José Feliciano.!

El caso es que cuando por fin consigo conseguir la pelota (por supuesto, yendo a buscarla, porque es imposible que la pelota pase a mi campo) saco, se la tiro con dulzura, como un globito. Y entonces ella va y me grita:
- ¡ooooyeeeee, tíramela normal...!
Entonces hago un saque normal y:
- ¡caraaaaajo.! ¡Qué bestia! ¡Tiras a matar...! ¡Parece que te fastidia jugar conmigo!
Y luego hay una cosa que no falla: en el momento en que la pelota se ha ido fuera de la cancha, y tiene que ir ella, es el momento en que dice:
- Ya no quiero jugar más.
- ¿Pero ya te quieres ir? Si he pagado dos horas de pista.
- Vale, pueeees. Tú pelotea, que yo te miro.
¡Y se sienta en una esquina a hablar por el móvil!
- Pues nada, aquí jugando al tenis con éste.

Pero con el deporte que realmente hago ejercicio es con el ping-pong..
Porque jugar al ping-pong con una chica es algo así: tú sacas: ¡pin!¡tac.
tac, tac, tac, tac! ¡pin! ¡tac, tac, tac, tac.! Y ¡pin! Y ella:
- ¡chuzo, es que la mesa es muy pequeña! ¿por qué no jugamos al squash, que la pelota no se escapa?

Ahora, lo que peor llevo es lo del futbolín. Vamos a ver: ¿por qué a las chicas les gusta tanto darle vueltas al mango? Tú ahí, con tus toques de muñeca, cubriendo el hueco y llega ella y se pone a hacer el molinillo… Y claro, la jodida mete gol! Y encima empieza a gritar como una histérica por todo el bar:
- ¡Soy Messi! ¡Soy Messi!

Y tu:
- ¡Pero si no vale...!
¡Cualquier tipo sabe que eso no vale!

Ahora, lo que de verdad me hace echarme a temblar es cuando después de una parrillada con los amigos, los chicos decimos que vamos a jugar un partido de basket y ellas dicen:

- ¡Nos apuntamos, nos apuntamos! ¡Esperen un momento que Mari Mar (nombre protegido) está haciendo pis!

Y es que cuando juegas al basket con ellas, se pueden oír frases tan inauditas como:
- ¡A mí no me pases!

Y después de todas estas cosas, uno se plantea: ¿por qué insistimos los hombres en hacer deporte con ellas? Pues para impresionarlas…es algo inconsciente…automático

Como cuando le dices:
- Mira, mira. ¡Voy a aguantar la respiración debajo del agua! ¡Cronométrame!
Y cuando sales morado:
- ¡Aaaaaaaaahhhh! ¿Cuánto he hecho?
Y ella levanta la cabeza del libro y dice:
- ¿Eh?
- ¡Pero bueno! ¡Creo que había batido mi record!
- ¡Ay.! Pues, dale, cielo, métete otra vez a ver si aguantas hasta que acabe el capítulo.

Pero tú no te rindes. Tú estás enamorado y sólo quieres demostrarle que, aunque no lo parezca, llevas dentro un campeón; van los dos en el kayak y, de repente, te lanzas al mar:
- ¿A que te gano, yo nadando y tú en la barca?

Casi me muero de lo deprisa que le daba ella. Chaca, chaca, chaca. Nunca vi tanta crueldad en una persona. Ella me veía ahogarme y pedaleaba más... y yo la veía alejarse, cada vez más pequeñita, gritando:
- ¡Soy Messi! ¡Soy Messi…!

Ahora, es peor cuando es ella la que elige el deporte. Un día viene y te dice:
- Cariño, ya sé cuál es el mejor ejercicio que podemos hacer en pareja. Mueves todos los músculos, sudas y, además, disfrutas…chuta cantan los ángeles y escuchas a Bach en el fondo y recuerdas a tu amigo con su “se han alineado los planetas” y te regresa a la realidad con:
- ¡los bailes de salón!

Así que nos apuntamos a un curso de bailes de salón, que, por cierto, las chicas, ¿para qué van? ¡Si ya saben! Porque tú ves que tu novia llega, y el primer día se pone a bailar de puta madre y de una forma sexy que tú nunca habías visto, claro tú también bailas de una forma que ella tampoco había visto nunca, parece que te hayan llenado los bóxers de cemento Pórtland.

Y de repente ella te agarra por detrás:

- Venga, mueve la cintura, hijo, eres más soso que Alvarito.
Te suelta y se pone a bailar cada vez más lejos, y más lejos. Y tu detrás:
- Cariño…bailar de lejos no es bailar.

Y tu, disimulando, intentando arrimarte a alguna pareja para que no se supiera quién es el que sobraba de los tres, pero todos huyen, y pasito a pasito consigues esconderte detrás de una columna, y de pronto notas que alguien viene por detrás y te agarra de la cintura, te das la vuelta y te encuentras a Oswaldo, el profesor, un cubano de dos metros que te dice:

- ¡Mueve tu cu-cu.!
- ¿Mi qué?
- ¡Mueve tu cu-cu!

Y claro, tienes al tipo tan pegado que piensas: "Pues claro que muevo el cu-cu, que si no, este man me hace diana."

Al final cabreado le agarras a tu novia y le dices:
- Mira, vámonos a jugar al ping-pong, que si tengo que mover el cu-cu, prefiero moverlo recogiendo las pelotas.


2 comentarios:

  1. vida!!

    jaja sabia que escribirias algo como esto...

    y ps de pasada numas jeje, para dedicarte un par de lineas llenas de cariño para ti, sabes que toda la vida contas conmigo...

    sos divi che....!!!

    besitos

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  2. por cierto.....

    JAJAJAJA

    SOY MESSI! SOY MESSI!

    XD

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