Crónicas de Dante: Fin de ERU Relief, alegrias y esperanzas

Seguramente este post verá la luz cuando haya llegado a Ecuador y mi vida vuelva a la “normalidad”, pero eso será después, en este momento me encuentro a más de 33000 pies de altura sobre el océano atlántico, detrás solo queda la península ibérica con esa gente chévere de hablar gracioso.

Han sido 10 días vividos al extremo, lleno de clases, de risas, de comida diferente, sin arroz (espacio de grito desesperado), días llenos de tensión, de conversaciones muy trascendentes e intrascendentes, del stress de la pre alerta, la adrenalina del despliegue y la fiesta, playa y el relax del último día.

Me voy lleno de alegrías, de recuerdos, con un nuevo respiro y motivado a continuar en la búsqueda de mi gran sueño, me voy con una visión más global de donde estoy y hacia donde quiero ir, he conocido gente maravillosa que me han enseñado mucho desde sus diferentes puntos de experticia, si alguien me hubiese dicho que podía aprender tanto en 10 días no le hubiera creído y este súper mega proceso me ha dejado maravillado.

Me voy con la alegría de saber que mi inglés está mejor de lo que pensaba, me ha dado gusto entender a los profesores y mucho mas gusto hacerme entender, me voy con la alegría de las noches en la terraza recibiendo clases de catar vinos como solo un francés puede hacerlo, las clases de salsa que solo una británica puede dar (¿?) las clases en inglés con el acento que solo un turco puede darle pareciendo a un nazi de las fuerzas especiales del tercer reich, han pasado tantas cosas en estos días que mencionarlas todas me ocuparía otros 10 días de posts.

Me voy con la satisfacción del trabajo bien hecho, el orgullo de haber sido parte del único equipo que cumplió todos los objetivos del despliegue, la alegría de no haber hecho quedar mal a las personas que se atrevieron a enseñarme y me dieron la oportunidad de demostrar que no se precisa ser de un programa en exclusiva para manejar varios temas concernientes a nuestro movimiento. Me voy con la alegría que hace muchos años no sentía, en estos momentos vienen a mi mente los recuerdos de mis primeros cursos a nivel nacional, las amistades que uno hace en el camino, que mas que amistades son familia que uno va dejando con la esperanza de volverlos a ver, como dijo un amigo “el vino entre amigos sabe bien, pero entre hermanos sabe mucho mejor”. La alegría de haber sido el novato del grupo, una sensación que desde hace casi 8 años no sentía.

En estos momentos, mientras escribo estas líneas siento que algo de mí se queda en Canarias, recuerdo la playa tranquila, el choque del viento cálido del Sahara con el viento frio del atlántico y la llovizna que se producía por la condensación, las caminatas por las calles de la ciudad y el choque de culturas y dialectos en la plaza principal, todas las veces que pude disfrutar del efecto babel, en fin, me voy contento, con recuerdos, anécdotas, y la promesa de volver…


Próximo año ERU Telecom… (^^,)


Actualización: Al llegar a Ecuador me di cuenta que efectivamente algo de mí se quedó en España: el cargador de mi celular