martes, 18 de junio de 2013

this is the end

Nos gusta habitar nuestros lugares seguros lo más cálidos posibles, los adaptamos a nuestras necesidades, formamos vínculos con lugares, virtuales o reales y los llamamos nuestros, refugios, escudos, pero al final se vuelven ruinas, ruinas de lo que no llegamos a ser, de lo que fuimos, de lo que aun somos, ante casos así lo mejor es salir, irse, continuar. No todo abandono es negativo y no toda permanencia es positiva.
 
Este lugar mío, en el cual di mis primeros pasos en las letras, lamenté mis fracasos y celebré mis victorias, este lugar cálido, este puerto a salvo al que siempre vuelvo, esta dulce ancla a la que debo renunciar.
 
La vida se llena de momentos y se puebla de experiencias, la componen etapas a las que debemos abrir, explotar y cerrar. El ciclo de la vida y la muerte se debe extender incluso a lo que jamás podrá tener vida: los lugares, reales o virtuales. La muerte siempre será precedida por la vida y viceversa.
 
Por estos pasillos virtuales corría esgrimiendo mis errores, mis aciertos, atacando y defendiendo, rompiendo teclados para no romperse con las paredes. Poco a poco fui dejándolo de lado, mi estilo de vida no le dio un lugar, pero siempre estuvo, siempre volvía y sabemos que eso no es sano, sabemos que debemos dejarnos ir.
 
Desde este espacio, gracias a todos y todas quienes me leyeron durante estos años, ,pido disculpas si alguna vez entraron y encontraron el mismo post o si el post actual no llenaba sus expectativas, este blog, al igual que su servidor, somos obras en construcción. Siento que nunca podría dejar de escribir, siento que eventualmente regresar a las letras, pero ya no será aquí.
 
Empiezas a saltar de verdad cuando ya no hay una red de seguridad que detenga tus caídas, recuerdo una escena de uno de mis anime favoritos en la que los protagonistas queman su casa para ya no tener a donde volver, para vivir recordando que el camino es sólo hacia adelante, estoy tomándolo así, me apodero de esa analogía, quiero verla así, también puede ser que quemaron su casa porque estaban locos, pero esa versión es menos poética y no me gusta. Le enciendo fuego a esto.
 
Este fue mi hogar, mi paz, mi mundo.
 
Hasta pronto.
 
C.

jueves, 18 de abril de 2013

El Halcón


Salta del vehículo y empieza a correr, su corazón como un pistón sin control se estrella contra las costillas, su respiración acelerada, se acerca a su objetivo a toda velocidad, lleva ambas manos a la parte externa de sus muslos, acaricia la empuñadura de sus dos SIG-sauer, respira profundo, 12 metros, quita el seguro de ambas armas, 8 metros, desenfunda con ambas manos, 6 metros, levanta las pistolas hacia adelante, 4 metros, apunta, 2 metros, acaricia ambos gatillos y descarga veinticuatro balas contra aquellos que tiene en frente… un destello.

Markath es una ciudad hermosa, pero azotada por la delincuencia, la policía y las fuerzas especiales hacen todo lo posible para controlarla, pero tal como la Hydra,  cada vez que cortan una cabeza aparecen dos más; no es un panorama alentador… - pero es el panorama que tenemos, interrumpió el Capitán, los dos jóvenes que conversaban se apuraron por pararse, ponerse firmes y saludar a la autoridad. Descansen, como sabrán no tenemos tiempo que perder cada hora que no estamos persiguiéndolos es una hora que ellos ganan terreno, alisten sus cosas, partimos hacia un operativo en cuatro horas. Ambos jóvenes cruzaron miradas, cada uno sabía lo que pensaba el otro: no hacía más de un mes que habían salido de la escuela de formación y ya estaban por salir a un operativo.

El Halcón, sobrenombre por el cual conocían al capitán de la fuerza de ataque 33, los miraba por sobre el marco de sus gafas rojas, uno a uno iban formando fila, incluso los más veteranos en la fuerza sentían cierta incomodidad al saberse observados por él. Viktor Schults, nombre que le fuera dado en su nacimiento al ahora Capitán Halcón, era un veterano condecorado, paracaidista, miembro de fuerza élite y francotirador, nunca llegó a Mayor por involucrarse, no tan clandestinamente, con la esposa de un General, su desempeño en las diferentes guerras y su talento detrás de un rifle lo hicieron ganador de la simpatía de muchos altos mandos, así como de su sobrenombre, todo esto influyó para que no sea dado de baja y en su lugar sea transferido a una de las más peligrosas ciudades en el país, a cargo de una fuerza de ataque formada, en su mayoría, por muchachitos recién salidos de la escuela de formación o soldados viejos anacrónicamente situados en el siglo XXI cuando su lugar ideal hubiera sido el tiempo de los vikingos. Viktor Schults siempre decía que se podía no ser excelente, pero había que ser competente, ese pensamiento lo llevó a librar las más feroces batallas en las calles de Markath. Cuando la fuerza de ataque 33 se desplegaba en acción El Halcón hacía su jugada, buscaba un lugar elevado y desde ahí, con su barrel .50, cuidaba las espaldas de su equipo, dirigía tácticas y se aseguraba, a veces por mano propia, que el objetivo sea abatido.

Capitán, estamos listos, El Halcón los miró con desprecio, revisó los uniformes, municiones listas, preguntó, todos respondieron afirmativamente, uno de los dos novatos llamó su atención, así que a usted no le parece suficiente el M16 y la Beretta que necesita dos SIG-sauer, ¿considera que estamos en el oeste, soldado?,  el joven soldado, visiblemente nervioso, respiró profundo, un obsequio de mi familia, señor, me han dicho que la ciudad es muy peligrosa y que nunca está de más ayuda extra para cuando las balas vuelen…señor. Quién muchas armas tiene, muchos disparos hace, no buscamos cantidad, buscamos calidad, no queremos al que dispare más, queremos al que dispare mejor, se lo dejaré pasar por esta vez, pero debe saber que desde la próxima incursión usted utilizará sólo lo reglamentario. Dicho esto, El Halcón ordenó al sargento que los novatos sean asignados al vehículo de soporte táctico, no serían los primeros ni los segundos en entrar en acción. Ya en el camino se les informó de la situación, centro de mando había alertado sobre un intercambio desconocido en unas bodegas abandonadas cerca de las vías del tren, se seguiría el lineamiento táctico fijado por El Halcón, el equipo Alfa ingresará por la derecha, el equipo Beta por la izquierda y el soporte táctico esperará a una distancia prudente hasta que uno de los primeros dos equipos necesiten apoyo, como siempre, El Halcón estará desde un lugar elevado con su rifle, dando cobertura y siendo intermediario entre el centro de mando y la fuerza de ataque 33, a que nos enfrentamos, preguntó uno de los novatos, es incierto, generalmente es droga o armas, esta vez no tenemos ese dato, hay que ser doblemente cuidadosos, es mejor tener un compañero vivo que un héroe muerto.

Llegada la hora, El Halcón avanzó de manera sigilosa y buscó una posición elevada, escudriñó las instalaciones con sus binoculares infrarrojos, todo parecía desierto, por un momento pensó que había sido mal informado, súbitamente una sombra se movió aproximadamente 200 mts a la derecha de su posición, tardó varios minutos en ubicarla, hizo el cambio de los binoculares por la mira telescópica de su Barrel .50, esa sombra era extraña, no le veía forma humana, un destello rojo le recordó algo que vio hace muchos años, pero rechazó la idea, eso fue en el campo de batalla, en la jungla, es imposible que en la ciudad haya un francotirador con un rifle con mira láser, una detonación seca y profunda cortó el silencio de la noche, la bala destruyó el hombro derecho del Capitán Halcón y fue a incrustarse en su cadera, el grito de dolor y una cadena interminable de insultos retumbó por las radios de los miembros de la fuerza de ataque 33, estos, confundidos con lo sucedido, decidieron entrar en acción .

El equipo Alfa fue el primero en caer bajo fuego enemigo, varios francotiradores con rifles con mira láser inutilizaron a los conductores y dejaron los vehículos a merced del fuego cruzado. El equipo Beta tomó distancia prudente y se dedicó a incapacitar a los francotiradores mientras lo que quedaba del equipo Alfa se agrupaba, años de entrenamiento y enfrentamientos se reflejaban ahora en una unidad que combatía aun cuando su líder estaba incapacitado, pronto se armaron dos frentes atacándose, mientras los criminales protegían una bodega al otro extremo del complejo, en una maniobra arriesgada, el sargento al mando del equipo Alfa, bastante herido, logra hacerse con una radio e indica al soporte táctico que se haga cargo de esa bodega.

El Halcón no comprende lo sucedido, con todo el lado derecho de su cuerpo destrozado, busca a tientas la radio con la mano izquierda, con voz entrecortada pide informe de situación, pero su equipo está demasiado ocupado evitando ser asesinado como para poder responderle, no entiende cómo es posible que delincuencia común tenga armas tan sofisticadas, y por ende, costosas, lucha por sentarse y tratar de ver el campo de batalla, cuerpos en el suelo, heridos clamando auxilio, autos incendiados, sus hombres buscando cobertura y explosiones de granadas, El Halcón decide que es suficiente y llama a centro de mando, exige saber a qué clase de enemigo se están enfrentando, claramente el informe no ha sido lo suficientemente claro, EL Halcón observa el vehículo de soporte táctico dirigirse hacia la bodega más alejada y empezar un tiroteo con los objetivos atrincherados allá, insiste con el centro de mando, le solicitan que aguarde, que están recopilando información, observa cómo los novatos saltan del vehículo y emprenden la carrera hacia la bodega, al otro lado de la radio el operador dice: se trata de material nuclear capitán.




miércoles, 27 de marzo de 2013

deber número 2

Y bueno, terminamos en un taller de redacción creativa, sí, ya sé que tengo inglés, francés, maestría y trabajo, se podría ser menos nerd, pero ya saben, no me sale.

El segundo deber consistía en leer un cuento de un japonés llamado  Ryunosuke Akutagawa, la historia es muy buena, había que leerla y luego crear otra declaración, el cuento lo pueden leer aquí: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/jap/akuta/bosque.htm 

Ojo al dato, no aparece Goku por ningún  lado.

Dicho esto, aquí está mi versión de la historia


Esa mañana algo me inquietó, no puedo explicarlo, fue como si mi instinto me susurrase que no sería como los demás días, mi amo y mi ama salieron muy temprano, supe que no estaba en sus planes volver pronto porque dejaron asegurada la puerta más de lo usual, pero ya llevo muchos años sirviendo a mi amo, incluso desde antes que la ama llegase a nuestras vidas, así que, conocedor de cada rincón de casa, me pude escapar.

La tarde transcurría tranquila y apacible, me gusta darme unas cuantas escapadas e ir a deambular, pero esta vez no me interesaba el ocio, me interesaba mi amo y esa extraña sensación que empezaba a germinar en mi pecho. No perdía de vista a mi amo, aunque conservaba la distancia para que no me viera, no quería que tenga que retrasar su caminata por mí; Avanzaba a paso regular con mi ama, de mantener ese paso, en algo menos de una hora nos encontraríamos en la ruta a Yamashima, me gusta esa ruta, está llena de personas, niños y mercaderes, es muy fácil encontrar comida ahí.

Mi ama iba molesta, como es habitual en ella, “una mujer de carácter”, decían, pero simplemente es una persona que nunca está conforme con nada y me trata mal cada vez que puede y que mi amo no está en casa, nunca entenderé que le vio a ella, pero mi amo está enamorado y mi función es obedecer.
Como les dije, yo iba detrás de ellos, a paso distante para que no me vieran, fue curioso, pero en un descuido con unos niños me encontré con un sujeto que miraba fijamente a mis amos, llevaba un kimono viejo y una katana bastante desgastada, seguro es uno de esos ronin que andan por ahí, pensé, pero no le di mucha atención, era común que la imagen de mi amo llamara la atención y mi ama también era muy bonita y muy pocas veces puede pasar desapercibida. El ronin aceleró el paso y dio alcance a mis amos, no alcancé a escuchar lo que decían, pero pude ver la cara de interés de mi amo, la ama se quedó cerca del camino mientras mi amo se internó en la espesura del bosque, dudé, me quedaba con la ama y la protegía a la distancia o me acercaba a asegurarme que mi amo estuviera bien… me encontraba en ese momento de duda cuando unos niños empezaron a arrojarme piedras sin motivo, traté de comportarme amenazador, pero fue peor, al poco tiempo no sólo los niños sino también algunos adultos me lanzaban piedras, palos y me gritaban que me alejase, huí, no pretendía alejarme mucho, pero al poco tiempo  perdí de vista a mi ama, al volver a la ruta me parecieron escuchar unos gritos, reconocí la voz de mi ama y corrí con todas mis fuerzas, entre los arbustos vi una figura femenina, no tardó en atravesarse conmigo, era mi ama y corría despavorida llorando, volví a dudar, la seguía o buscaba  mi amo, esta vez decidí pronto, reemprendí la carrera hasta llegar a un claro, mi amo estaba amarrado a un árbol y tenía un puñal en su pecho, me miró incrédulo, pero no me pudo decir nada, el cielo sabe lo que hubiera dado por poder decirle algo, respiraba agitado y con mis dientes rompí la cuerda, mi amo pudo acostarse, la herida le dolía mucho, lo sabía por sus gritos ahogados y por los gestos que hacía con cada intento de movimiento, intenté disminuir su dolor retirando el puñal, pero la sangre le salió a borbotones y no supe como detenerla, angustiado traté de acariciar a mi amo, me miró y sonrió, en ese momento supe que había aliviado su sufrimiento, puso su mano sobre mi cabeza y se durmió, ya no pude levantarlo.

Corrí lo más veloz que pude a buscar ayuda para despertar a mi amo, pero todos pasaban de mí y no me entendían, la desesperación se apoderó y, debo admitirlo, me comporté algo violento, me atraparon y no pude hacer más. Al poco tiempo un detective andaba haciendo averiguaciones y preguntaba por la plaza del pueblo, pero nadie sabía algo que ayudase y yo me sentí como el mayor de los inútiles, el detective pasó junto a mi jaula y ladré, ladré muy fuerte pero no obtuve nada más que una mirada de desprecio, es lógico, cómo más iban a mirar a un perro que no pudo cuidar de su amo y que ahora quedaba en el olvido.

jueves, 21 de marzo de 2013

El camino leído


Leo desde que tengo memoria, no tengo claro cómo ni cuándo aprendí a leer, no recuerdo alguna vez haber separado sílabas ni haber hecho planas, pero recuerdo a “la biblia de los niños”, una píldora poco dogmática que enfocaba hechos de la biblia como historias digeribles, los primeros pasos en una religión que no demoré en dejar de lado y salir corriendo, luego recuerdo a “cuentos y poemas” ahora que lo pienso detenidamente, fue lo único de lectura infantil que tuve, me gustó y aún los conservo, han sido los únicos libros que nunca dejé partir, quizá para recordarme una infancia ya lejana, pero que disfruté día a día.

Me causa un poco de gracia ver cómo han clasificado la lectura por edades o por rangos, lectores jóvenes, lectores intermedios, nunca pude disfrutar, o sufrir,  de esa clasificación. En mi temprana adolescencia no tenía límites para leer, leía cuanto llegaba a mis manos, a veces no era algo agradable, pero casi no tengo recuerdos de esas situaciones, recuerdo a “Sherlock Holmes”, recuerdo al “hombre invisible” de Wells, recuerdo al Quijote y ese sabor agridulce de ser la máxima obra literaria en lengua española, pero que aún al día de hoy no la vea como la gran cosa, si alguien se ofende por esto, lo lamento, pero personalmente no alcanzo a dimensionar la maravilla detrás del “Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”

Los años de adolescencia llegaron con la poco grata obligación de los grandes clásicos, las grandes obras griegas, tradición ajena a raudales, pero la educación formal se compromete con hacerte leer sin preocuparse con que aprendas a leer, el paso súbito de la prosa al verso, al soneto y la aparición de un idioma amanerado pero apasionante: el francés, los poetas malditos  desfilaron ante mis ojos y durante la edad de colegio me atreví, con más esfuerzo que éxito, a escribir poesía. No dejé de leer, no perdonaba género ni autor, pero me divorcié de los escritores latinoamericanos, lo he dicho: soy un pésimo latinoamericano, no veo gusto en las letras de Gabo ni soporto la arrogancia que utiliza Vargas Llosa para esconder sus complejos, marqué distancias y decidí no fijarme más en el autor pero sí volcarme hacia la obra. Neruda llegó con sus versos del capitán, llego con su canción desesperada, con sus versos y al final con su “confieso que he vivido” que me ha dado las más grandes sonrisas y las más sentidas lágrimas, sin importar cuantas veces lo lea.

El espíritu científico que reside en mi encontró lugar en el viaje en el tiempo, ante mi las obras de los mejores: Wells, Heinleim, y muchos otros libros que tratan o coquetean con el tema, aún ahora es un tema que me apasiona tanto, que a pesar de ser médico,  leo física cuántica, teoría de partículas y a los grandes cerebros que el mundo ha visto en el campo de la física y la ciencia.

En los años de universidad llega Saramago y sus ensayos, su “intermitencias de la muerte”, Coelho con su “manual del guerrero de la luz” que tanto paralelismo le encontré con mi vida y mi forma de ver el mundo que me rodea, así como sus historias bañadas con auto superación, reflexión, meditación, mundo y puntos de vista, Palma y sus mapas, sus historias enredadas y enredantes y me sacan de este mundo, llegan muchos libros basados en el Londres del siglo XVII con esa capacidad de moverte en espacio y tiempo; redescubro que un libro no es tan solo un grupo de hojas, es una puerta a otros mundos, otras realidades.
A lo largo de mis años he leído mucho, enumerarlos todos no habría dado oportunidad de narrar lo poco que he narrado, he pasado por diferentes géneros, autores y tendencias, al final considero que no hay libro malo y he aprendido a fuerza  a no fijarme tanto en quien escribe, como en las palabas que empiezan a flotar delante de mí cada vez que abro un libro.

Carlos Arias G.

sábado, 23 de febrero de 2013

Un comienzo intermedio


Pasaba la tarde como tantas tardes han pasado junto al viejo ceibo que todos admiran, a sus pies, o sus raíces, una pequeña plazoleta a la cual el mismo nombre le queda grande y junto a ella una cafetería, un lugar de encuentro para muchos, un lugar para iniciar las mañanas, en nuestro caso, un punto final en el largo recorrido. En una mesa, sentada, concentrada en su taza de café, doble, muy caliente, se encontraba una bruja, pero no de aquellas brujas que nos ha pintado la tradición oral y las películas infantiles, no, ella era una bruja muy guapa, con el cabello rizado, mirada transparente, ojos color miel que podían atravesarte las ideas…y el corazón, aquellos ojos se perdían en el liquido oscuro que contenía la taza, la hora de encuentro ya había pasado hace mucho, pero no se inmutaba, sabía que en cualquier momento sus dos acompañantes deberían aparecer, además, no tenía prisa, el lugar era agradable, la tarde con un frio acogedor y el viento agitaba las ramas del viejo ceibo y barría las hojas que caían sobre una calle cercana.

Junto al ceibo, arrimado de mala manera se encontraba un guerrero, a simple vista nadie podría decir que lo era, pues no lo parecía, al igual que con la bruja, el cine y los cuentos nos han hecho pensar en un guerrero como alguien fornido, agresivo y con actitud dominante, nuestro personaje, por el contrario, no era más alto que el promedio, con el cabello largo que caía sobre sus hombros de forma descuidada, ojos oscuros que no dejaban de fijarse a lo lejos en la bruja y en su mano izquierda un tabaco, un tabaco especial que era de los únicos que consumía, se enderezó y caminó hacia el café, con pasos lentos, como quien quisiera demorar lo máximo posible su llegada, se detuvo, pensó en devolverse junto al ceibo y seguir ahí, ocupado estaba en sus pensamientos, en lo que haría o lo que hará, súbitamente, una ráfaga de viento proveniente de su lado izquierdo lo saco de su estado. Por la calle que desembocaba en la plazoleta venía caminando un sujeto alto, vestía con traje, caminaba a paso largos pero sin acelerar, sus movimientos muy lentos y confiados, su mirada se alternaba entre la bruja y el guerrero, sus ojos cambiaban con la luz del sol en medida de la incidencia de sus rayos.

El rastreador ha llegado, dijo la bruja dirigiéndose al guerrero, mientras observaba como el rastreador se acercaba a ellos con una sonrisa.
No me parece que el motivo que nos reúne sea motivo de alegría, mucho menos para ti, dijo el guerrero, mientras extendía su mano para saludar al que recién llegaba.

El rastreador era un sujeto diferente, podía hacer lo que se conoce como magia, pero no era mago, podía pelear ferozmente, pero no era guerrero, era un experto en planificación, pero no era general, lo era todo pero no tomaba el crédito por ser nada, esa era su esencia, ser completo para las diferentes tareas que había tenido que enfrentar en sus vidas y los cientos de años que cada una había durado, ahora, fuera de su plano, ajeno a su tiempo, su mundo y su gente, sólo quedaba algo por hacer…

Dante les ha ganado, dijo la bruja, y ustedes dos no pudieron detenerlo, les recriminó mientras dirigía fuertes miradas con aquellos ojos color miel que brillaban bajo la luz de la agonizante tarde. El guerrero intento excusarse, pero fue interrumpido por el rastreador, quien puso cada una de sus manos sobre el hombro de sus acompañantes y les dijo que nada pasa porque sí, todo pasa por algo, la sucesión de eventos que los han traído hasta este punto no pudieron ser previstos, quizá varios puntos pudieron ser evitados, varios puntos fueron evitados en otros planos, incluso, se apresuró a acotar, hay planos donde todo esto no paso y nosotros no estamos reunidos conversando o no nos hemos reunido… aún, pero uno no elige en que plano nacer, dejó pasar una pausa para que sus palabras terminaran de cruzar el silencio de la tarde y pudieran asentarse en la mente de sus acompañantes. El guerrero le dijo que sí se podía elegir y que él había decidido quedarse en el plano del rastreador, que buscaría una buena familia y volvería a nacer, vivir vagando por planos no es algo a lo que quiera dedicarle la eternidad, además, completó, cuando muera volveré acá, al no tiempo. A la bruja se le humedecieron los ojos, bajó la mirada, buscando, sin éxito, evitar un momento triste, olvidarás todo lo que has vivido, le dijo al guerrero mientras se llevaba las manos a la cintura, volverás a la vida y al año no recordarás quien eres ni de dónde vienes, pero volveré, le dijo el guerrero, yo ya no estaré, sentenció la bruja. El rastreador los miraba divertido, al darse cuenta de ello, ambos, la bruja y el guerrero le reclamaron de forma airada, el rastreador sólo pudo sonreír al tiempo que se explicaba, hace 5 años de mi tiempo, cientos de años fuera de mi plano, mis conocimientos de lo que existe y no existe era muy limitado, seguro es que nos volveremos a ver, si quieres volver a nacer y vivir plenamente con todo lo bueno y malo que ello conlleva, adelante, es tu oportunidad y tu derecho, el guerrero sonrió, el rastreador, abrazando a la bruja y apegando la cabeza de ella contra su pecho, le dijo que cuando llegue el momento ella también podrá elegir volver a nacer y podrá elegir el plano que quiera y de seguro la nueva persona que sea, también aprenderá, de una forma o de otra, que hay mucho más de lo que se puede ver a simple vista, y tú que harás, dijo la bruja tomando los brazos del rastreador, yo tengo aún mucho por delante, Dante no puede ganar tan fácil, pero tampoco puedes derrotar en unos años a quien lleva preparándose milenios, confío que ayudarás a la normal a cuidar del niño y si todo llegase a salir mal, ya sabes las recomendaciones que te he dado, la bruja asintió como si lo que acordaron hubieran sido órdenes precisas y concisas, finalmente el rastreador se dirigió al guerrero y le dio un apretón de manos, gracias por todo, le dijo, ha sido una gran aventura y sólo estamos comenzando, Dante ha acordado que te dejaremos definir tu vida, o tu nueva vida, antes de volver al asunto que nos ocupa, visitarás tu plano, interrumpió el guerrero, tengo pensado hacerlo, visitaré mi plano varias veces y ya las irás sabiendo, aún hay cabos que atar y lazos que cortar, pero ya no soy quien decide, hemos logrado muchas concesiones por parte de Dante y hay que ser más astutos e inteligentes que un demonio de más de tres mil años, dicho esto se despidió con una gran sonrisa, la bruja y el guerrero pensaron para sí mismos que esa sonrisa más que expresar alegría, buscaba brindar confianza y tranquilidad de cara a los terribles hechos que estarían por enfrentar, cada uno desde su propio espacio, quizá al final no era el fin, sino sólo un nuevo comienzo, o como lo dijo el rastreador mientras se alejaba: un comienzo intermedio.

Una bruja, un guerrero y un rastreador se reunieron, se están reuniendo, se reunirán o aún no se han reunido, las maravillas del no tiempo.