martes, 18 de junio de 2013

this is the end

Nos gusta habitar nuestros lugares seguros lo más cálidos posibles, los adaptamos a nuestras necesidades, formamos vínculos con lugares, virtuales o reales y los llamamos nuestros, refugios, escudos, pero al final se vuelven ruinas, ruinas de lo que no llegamos a ser, de lo que fuimos, de lo que aun somos, ante casos así lo mejor es salir, irse, continuar. No todo abandono es negativo y no toda permanencia es positiva.
 
Este lugar mío, en el cual di mis primeros pasos en las letras, lamenté mis fracasos y celebré mis victorias, este lugar cálido, este puerto a salvo al que siempre vuelvo, esta dulce ancla a la que debo renunciar.
 
La vida se llena de momentos y se puebla de experiencias, la componen etapas a las que debemos abrir, explotar y cerrar. El ciclo de la vida y la muerte se debe extender incluso a lo que jamás podrá tener vida: los lugares, reales o virtuales. La muerte siempre será precedida por la vida y viceversa.
 
Por estos pasillos virtuales corría esgrimiendo mis errores, mis aciertos, atacando y defendiendo, rompiendo teclados para no romperse con las paredes. Poco a poco fui dejándolo de lado, mi estilo de vida no le dio un lugar, pero siempre estuvo, siempre volvía y sabemos que eso no es sano, sabemos que debemos dejarnos ir.
 
Desde este espacio, gracias a todos y todas quienes me leyeron durante estos años, ,pido disculpas si alguna vez entraron y encontraron el mismo post o si el post actual no llenaba sus expectativas, este blog, al igual que su servidor, somos obras en construcción. Siento que nunca podría dejar de escribir, siento que eventualmente regresar a las letras, pero ya no será aquí.
 
Empiezas a saltar de verdad cuando ya no hay una red de seguridad que detenga tus caídas, recuerdo una escena de uno de mis anime favoritos en la que los protagonistas queman su casa para ya no tener a donde volver, para vivir recordando que el camino es sólo hacia adelante, estoy tomándolo así, me apodero de esa analogía, quiero verla así, también puede ser que quemaron su casa porque estaban locos, pero esa versión es menos poética y no me gusta. Le enciendo fuego a esto.
 
Este fue mi hogar, mi paz, mi mundo.
 
Hasta pronto.
 
C.

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