miércoles, 2 de febrero de 2011

El tiempo

Desde el inicio del tiempo existe una entidad que controla, dirige, regula y “caotiza” nuestras vidas…no amigos, esta vez no son las mujeres, es un poder que va más allá, que envuelve el todo y pertenece a la nada, los humanos, seres mortales y muy necios lo hemos llamado: tiempo.

Es que el tiempo se ha convertido en uno de nuestros mayores dolores de cabeza, pero ¿cuándo exactamente empieza eso?...a los 8 años, y es que a los 8 años, en el día de tu cumpleaños, cuando ansias con todas tus fuerzas que te regalen una tortuga ninja con todas sus armas y que además venga con el carro, aparece tu madre con un regalo chiquito, una cajita, una cosita que la miras y dices: “aquí no creo que quepa una tortuga ninja…si acaso el caparazón, pero sin piernas ni brazos”, mientras mamá te mira con cara radiante y sonriente y mientras te abraza y te dice feliz cumpleaños te incita a que abras ese regalo, empiezas a sentir el peso, abrirlo despacito, solo piensas: “señor por favor que no sea una tortuga ninja descuartizada”. Pero te topas con algo inimaginable, impensable, increíble…inútil: un reloj con alarma.

Ya dado al dolor te empiezas a preguntar: ¿y yo para qué carajo quiero un reloj con alarma?, después te das cuenta que tiene cronometro y es ahí cuando el mundo cambia…porque a partir de ese momento todo lo que pasa lo cronometras, que no te gusta bajar la basura…no importa, viene tu madre y te dice: “bájala que te llevo el tiempo”, y es como que algo se activa en tu cabeza agarras la funda y empiezas a correr por las escaleras, saltas de dos en dos los escalones, esquivas al gato de la vecina, esquivas al vecino, evades al mozo de la hija de los vecinos, abres la puerta, sigues corriendo, llegas a la esquina lanzas la funda y regresas, subes las escaleras a grandes saltos, vuelves a esquivar a los antes mencionados pero esta vez ya vas cansado y pisas al gato, no te detienes, llegas a casa, entras…y mamá no está, y no sabes donde se ha ido, revisas los cuartos y la encuentras delante del televisor: “eh! Mamá que ya volvi, cuanto tiempo hice”…tu madre mira de soslayo su reloj analógico sin cronometro y te dice 36…pero como eso puede ser posible, 36 que?... y crece en ti un resentimiento temporal (por el asunto del tiempo, claro) y empiezas a tomarle el tiempo a tu madre mientras se alista y al salir le dices: “57 minutos 25 segundos y aún te faltan los zapatos”…y ocurre la magia, entiendes que para las mujeres el tiempo no fluye de la misma manera que para los hombres, entiendes por qué tus amigas de la escuela no tienen un reloj casio digital con cronometro…y te jodes.

Y te jodes más porque sin que tú lo sepas cada mujer se convierte en un triángulo de las bermudas personal y hay 3 momentos claves, cruciales, vitales en los cuales el tiempo fluye de manera alterada….exclusivamente para una mujer
El fenómeno del otro día:
Estás conversando con tu novia cuando de repente te dice:

- El otro día Pablito preguntó por ti
- En serio, cuando?
- No sé…el otro día
- Pero mujer, ¿Qué día?
- El otro día Carlos (nombre desprotegido) por el amor de Dios que manía tienes con los días
- Es que cielo, a excepción de hoy, todos los demás son otros días, si en la escuela me preguntan ¿Cuándo se descubrió América? Bien puedo decir: “el otro día”
- Pero qué importa que día, ya cumplí con decirte que preguntó, la próxima no te digo nada, que intenso que te portas, ni que yo sea calendario.

El fenómeno del ratito
El hombre (entiendas el ser humano) diseñó la forma de medir el tiempo y estableció a grandes rasgos el año formado por 12 meses, los cuales están formados por 30 días (unos más, unos menos), los días en 24 horas, las horas en 60 minutos, los minutos en 60 segundos, los segundos en 1000 milisegundos. Pero la mujer, practica por antonomasia, fue mucho más lejos y creó “el ratito”…cuantos segundos, minutos u horas tiene “un ratito”?

- Cielo ya vamos que llegaremos tarde
- Ya voy amor, solo dame un ratito
- (20 minutos después) cariño ya ha pasado bastante tiempo, se nos hace tarde
- Caramba, que me des un ratito
- Pero ya es casi media hora, llegaremos tarde
- Ya ya…es solo un ratito, ya solo me faltan los zapatos (y la cartera, maquillaje, peinado, aretes, collar…)
El fenómeno cinco minutos
Muchas veces estamos en la mejor parte de una película, o una parte emocionante de un partido de futbol (para quienes les gusta el futbol), o estamos enfrentándonos al villano de turno en nuestro videojuego favorito…y sucede: llega la novia, y llega con prisas:

- Sigues ahí sentado y eso que te mandé un mensaje diciendo que ya venía
- Sí amor pero es que está chévere este juego y este enemigo es difícil
- Pero quedamos en que apenes llegue saldríamos
- Sí amor, déjame grabar y salimos
- Ok pero tienes 5 minutos –TRADUCCIÓN: en tres minutos me voy contigo o sin ti, en el hipotético caso que me tenga que ir sin ti: LO LAMENTARÁS!…

Así que muchacho, cuando escuches que tu novia te da 5 minutos bien puedes ir desempolvando el viejo reloj casio con cronometro que te dio tu madre, o usar el cronometro del teléfono y así tu novia no te agarrará descuidado.

1 comentario:

  1. Muy bueno! me alegro haber elegido leer primero tu blog a mi regreso. La verdad es asi, tenemos un reloj diferente al de los hombres jejejeje

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