Salta del vehículo y
empieza a correr, su corazón como un pistón sin control se estrella contra las
costillas, su respiración acelerada, se acerca a su objetivo a toda velocidad,
lleva ambas manos a la parte externa de sus muslos, acaricia la empuñadura de
sus dos SIG-sauer, respira profundo, 12 metros, quita el seguro de ambas armas,
8 metros, desenfunda con ambas manos, 6 metros, levanta las pistolas hacia
adelante, 4 metros, apunta, 2 metros, acaricia ambos gatillos y descarga
veinticuatro balas contra aquellos que tiene en frente… un destello.
Markath es una ciudad
hermosa, pero azotada por la delincuencia, la policía y las fuerzas especiales
hacen todo lo posible para controlarla, pero tal como la Hydra, cada vez que cortan una cabeza aparecen dos
más; no es un panorama alentador… - pero es el panorama que tenemos,
interrumpió el Capitán, los dos jóvenes que conversaban se apuraron por
pararse, ponerse firmes y saludar a la autoridad. Descansen, como sabrán no
tenemos tiempo que perder cada hora que no estamos persiguiéndolos es una hora
que ellos ganan terreno, alisten sus cosas, partimos hacia un operativo en
cuatro horas. Ambos jóvenes cruzaron miradas, cada uno sabía lo que pensaba el
otro: no hacía más de un mes que habían salido de la escuela de formación y ya
estaban por salir a un operativo.
El Halcón, sobrenombre
por el cual conocían al capitán de la fuerza de ataque 33, los miraba por sobre
el marco de sus gafas rojas, uno a uno iban formando fila, incluso los más
veteranos en la fuerza sentían cierta incomodidad al saberse observados por él.
Viktor Schults, nombre que le fuera dado en su nacimiento al ahora Capitán Halcón,
era un veterano condecorado, paracaidista, miembro de fuerza élite y
francotirador, nunca llegó a Mayor por involucrarse, no tan clandestinamente,
con la esposa de un General, su desempeño en las diferentes guerras y su
talento detrás de un rifle lo hicieron ganador de la simpatía de muchos altos
mandos, así como de su sobrenombre, todo esto influyó para que no sea dado de
baja y en su lugar sea transferido a una de las más peligrosas ciudades en el
país, a cargo de una fuerza de ataque formada, en su mayoría, por muchachitos
recién salidos de la escuela de formación o soldados viejos anacrónicamente
situados en el siglo XXI cuando su lugar ideal hubiera sido el tiempo de los
vikingos. Viktor Schults siempre decía que se podía no ser excelente, pero
había que ser competente, ese pensamiento lo llevó a librar las más feroces
batallas en las calles de Markath. Cuando la fuerza de ataque 33 se desplegaba
en acción El Halcón hacía su jugada, buscaba un lugar elevado y desde ahí, con
su barrel .50, cuidaba las espaldas de su equipo, dirigía tácticas y se
aseguraba, a veces por mano propia, que el objetivo sea abatido.
Capitán, estamos
listos, El Halcón los miró con desprecio, revisó los uniformes, municiones
listas, preguntó, todos respondieron afirmativamente, uno de los dos novatos
llamó su atención, así que a usted no le parece suficiente el M16 y la Beretta
que necesita dos SIG-sauer, ¿considera que estamos en el oeste, soldado?, el joven soldado, visiblemente nervioso,
respiró profundo, un obsequio de mi familia, señor, me han dicho que la ciudad
es muy peligrosa y que nunca está de más ayuda extra para cuando las balas
vuelen…señor. Quién muchas armas tiene, muchos disparos hace, no buscamos
cantidad, buscamos calidad, no queremos al que dispare más, queremos al que
dispare mejor, se lo dejaré pasar por esta vez, pero debe saber que desde la
próxima incursión usted utilizará sólo lo reglamentario. Dicho esto, El Halcón
ordenó al sargento que los novatos sean asignados al vehículo de soporte
táctico, no serían los primeros ni los segundos en entrar en acción. Ya en el
camino se les informó de la situación, centro de mando había alertado sobre un
intercambio desconocido en unas bodegas abandonadas cerca de las vías del tren,
se seguiría el lineamiento táctico fijado por El Halcón, el equipo Alfa
ingresará por la derecha, el equipo Beta por la izquierda y el soporte táctico
esperará a una distancia prudente hasta que uno de los primeros dos equipos
necesiten apoyo, como siempre, El Halcón estará desde un lugar elevado con su
rifle, dando cobertura y siendo intermediario entre el centro de mando y la
fuerza de ataque 33, a que nos enfrentamos, preguntó uno de los novatos, es
incierto, generalmente es droga o armas, esta vez no tenemos ese dato, hay que
ser doblemente cuidadosos, es mejor tener un compañero vivo que un héroe
muerto.
Llegada la hora, El
Halcón avanzó de manera sigilosa y buscó una posición elevada, escudriñó las
instalaciones con sus binoculares infrarrojos, todo parecía desierto, por un
momento pensó que había sido mal informado, súbitamente una sombra se movió
aproximadamente 200 mts a la derecha de su posición, tardó varios minutos en
ubicarla, hizo el cambio de los binoculares por la mira telescópica de su
Barrel .50, esa sombra era extraña, no le veía forma humana, un destello rojo
le recordó algo que vio hace muchos años, pero rechazó la idea, eso fue en el
campo de batalla, en la jungla, es imposible que en la ciudad haya un
francotirador con un rifle con mira láser, una detonación seca y profunda cortó
el silencio de la noche, la bala destruyó el hombro derecho del Capitán Halcón
y fue a incrustarse en su cadera, el grito de dolor y una cadena interminable
de insultos retumbó por las radios de los miembros de la fuerza de ataque 33,
estos, confundidos con lo sucedido, decidieron entrar en acción .
El equipo Alfa fue el
primero en caer bajo fuego enemigo, varios francotiradores con rifles con mira
láser inutilizaron a los conductores y dejaron los vehículos a merced del fuego
cruzado. El equipo Beta tomó distancia prudente y se dedicó a incapacitar a los
francotiradores mientras lo que quedaba del equipo Alfa se agrupaba, años de
entrenamiento y enfrentamientos se reflejaban ahora en una unidad que combatía
aun cuando su líder estaba incapacitado, pronto se armaron dos frentes atacándose,
mientras los criminales protegían una bodega al otro extremo del complejo, en
una maniobra arriesgada, el sargento al mando del equipo Alfa, bastante herido,
logra hacerse con una radio e indica al soporte táctico que se haga cargo de
esa bodega.
El Halcón no comprende
lo sucedido, con todo el lado derecho de su cuerpo destrozado, busca a tientas
la radio con la mano izquierda, con voz entrecortada pide informe de situación,
pero su equipo está demasiado ocupado evitando ser asesinado como para poder
responderle, no entiende cómo es posible que delincuencia común tenga armas tan
sofisticadas, y por ende, costosas, lucha por sentarse y tratar de ver el campo
de batalla, cuerpos en el suelo, heridos clamando auxilio, autos incendiados,
sus hombres buscando cobertura y explosiones de granadas, El Halcón decide que
es suficiente y llama a centro de mando, exige saber a qué clase de enemigo se
están enfrentando, claramente el informe no ha sido lo suficientemente claro,
EL Halcón observa el vehículo de soporte táctico dirigirse hacia la bodega más
alejada y empezar un tiroteo con los objetivos atrincherados allá, insiste con
el centro de mando, le solicitan que aguarde, que están recopilando
información, observa cómo los novatos saltan del vehículo y emprenden la
carrera hacia la bodega, al otro lado de la radio el operador dice: se trata de
material nuclear capitán.